Conversó con elCaribe sobre cómo le ayudó ir al Derby de Cuadrangulares
Juan Soto no es fanático de perder y mucho menos le gusta faltar en cumplir con las expectativas cuando está en el terreno de juego. Hay algo en su ser que le motiva a dar más del ciento por ciento en cada situación.
La perfección no existe. El jardinero dominicano lo sabe. Es por eso que, al menos, tras cada turno que no sale como esperaba su satisfacción es haber dado el máximo.
“A mí no me gusta fallar”, dijo sin ambages a elCaribe el patrullero derecho de los Nacionales antes de un partido contra los Mets en su casa, el Nationals Park de Washington D.C. “Somos humanos, vamos a cometer errores, vamos a fallar, pero trato siempre de si fallo que sea dando el 100 por ciento, saber que si fallo que no sea por vago, sino porque así es la vida”, añadió.
En un momento de la campaña, las cosas no iban al nivel de los altos parámetros que Soto ha ido acostumbrando al mundo de las Mayores. Para finales de mayo su promedio estaba en .270, algo muy distante del estilo del talentoso bateador de apenas 22 años de edad. “Si eso es que me va mal, pues imagínate. Un .270 no es tan mal, lo que hice fue reírme un poco y seguir trabajando para encontrar el ciento por ciento mío”, dijo Soto, quien terminó con .283 en la primera mitad con 11 jonrones y 42 remolcadas.
Ya en la segunda parte se ha visto al que sin dudas ocupa un puesto dentro de los mejores cinco con el madero en ambas ligas.
Está en .349 con 14 cuadrangulares y 41 impulsadas. En ese parte, tiene 61 bases por bolas y 31 ponches y su porcentaje de embasarse se encuentra en .521. Sin la jornada de anoche, batea para .309 (tercero en la lucha por el liderato de la Nacional) con 25 tetrabases y 83 remolcadas.
Todo cambió después de un consejo de su excompañero Max Scherzer y un viaje al Juego de Estrellas. “Yo le estaba dando a la pelota fuerte, lo que pasa era que me salían muchos rodados, no ponía la pelota en el aire”, explicó durante la entrevista bajo un candente sol en la capital de los Estados Unidos. “Max Scherzer me dijo que la competencia de jonrones me podía ayudar y así fue. Me ayudó a poder conectar la pelota como debía para poder elevar la pelota”, agregó.
Estar en esa batalla de jonrones en el Juego de Estrellas no siempre resulta de esa manera, pero a Soto le función, además de que “también me divertí. Fue divertido enfrentarme a Shohei Ohtani”. A hora es más feliz porque produce como sabe hacerlo.