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Ante un abuso de poder el Ejército Dominicano ha dado la callada por respuesta

Hace más de una semana que este joven,  Manny José Rojas Carela, raso del Ejército Dominicano,  denunció que un coronel de esa institución le ordenó a varios oficiales que le dieran una golpiza, debido a que no cumplió una orden que le había impartido.

El alto oficial, de apellidos Santana Morillo, dispuso el traslado de dicho raso a la dotación militar del municipio fronterizo de Dajabón, orden que este se negó a acatar.

El coronel citado, ante la rebeldía del subalterno, ordenó a varios oficiales que le dieran una pela, orden que fue cumplida al pie de la letra.

Tal abuso se supo porque el raso agredido se tomó una foto con los labios partidos y la colocó en su muro de facebook. Luego del escándalo se dijo que el asunto sería investigado. Hasta ahora se desconoce el resultado de las investigaciones, que estarían a cargo del coronel Puro de la Cruz.

Tanto el coronel Santana Morillo, como los oficiales que golpearon al raso referido, violentaron los reglamentes de las Fuerzas Armadas Dominicanas, porque ese no es el procedimiento a seguir para castigar la desobediencia de un subalterno.

Es obvio que el oficial de marras actuó poniendo en práctica métodos personales que riñen con la forma correcta en que el hecho que nos ocupa debe ser abordado.

Lo que se ha determinado es que un oficial que actúe de ese modo es un peligro público porque estaría acostumbrado a resolver su problemas sobre la base del uso de su autoridad y uniforme en desmedro de sus subalternos y dela población en general.

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