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| Fotografía del doctor Robert Rho durante el juicio en su contra. |
NUEVA YORK. Un doctor en Nueva York que dice haber efectuado 40.000 abortos se declaró culpable de homicidio por negligencia criminal debido a la muerte por hemorragia en 2016 de una paciente que tenía seis meses de embarazo.
El asunto llevado en un tribunal penal en Queens constituye un caso fuera de lo común por tratarse de un juicio penal contra un doctor debido a un error médico, aunque el subfiscal Brad Leventhal señaló que los descuidos del doctor Robert Rho rebasaron la negligencia médica civil.
“El punto se reduce a codicia y arrogancia”, afirmó Leventhal la semana pasada a los jurados durante los argumentos de cierre en el juicio de un mes de duración. El fiscal dijo que Jaime Lee Morales, de 30 años, “murió desangrada debido a que el acusado no hizo nada”.
En lugar de llamar a una ambulancia, Rho entregó a Morales a su hermana para que se la llevara a casa en el Bronx, a pesar de síntomas de que estaba grave y se había desmayado en un baño de la clínica del médico, según los fiscales.
Morales quedó inconsciente en el vehículo. Los médicos que acudieron después de una llamada al 911 la llevaron a un hospital, donde certificaron que había fallecido.
El abogado de Rho negoció el viernes un acuerdo con la fiscalía después de que los jurados no alcanzaron una decisión. Mediante el acuerdo, el médico, de 53 años, evitó una pena de 15 años de cárcel por la imputación original de homicidio imprudencial en segundo grado, equivalente a homicidio involuntario.
En su lugar, Rho admitió su negligencia en el aborto de Morales, al dejar que se desangrara en forma incontrolable debido a la cortadura de una arteria uterina, una ruptura uterina y perforación de la pared uterina.
Con la reducción del cargo también se reduce la condena a cuatro años de cárcel. Sin embargo, el abogado de Rho, Jeffrey Lichtman, dijo que su cliente podría purgar sólo unos meses de prisión cuando le dicten sentencia el 26 de junio.
Lichtman describió la reducción del cargo y la eventual condena como una “victoria monumental”.