Texto y fotos: Cassandro Fortuna
Ayer, viernes 17 de marzo de 2017, se cumplieron 42 años del vil asesinato del héroe y mártir del periodismo dominicano, Orlando Martínez. Diversos medios de comunicación se hicieron eco de esa trágica efeméride nacional. En muchos lugares del país se colocaron flores en honor a la memoria del malogrado periodista nacido en el municipio de Las Matas de Farfán, provincia San Juan.
En fin, le fecha no pasó desapercibida. El monumento levantado en el lugar donde fue asesinado estaba impecable y allí se realizaron varios actos y se pronunciaron algunos discursos.
Sin embargo, dos meses antes del día de ayer, ese monumento estaba lleno de basura y ramas secas. En otras palabras, se encontraba abandonado.
Así no se trata la memoria de un héroe y un mártir, Con descuido no. Con un acto anual, protocolar, no. Con un evento al año para exhibir aires de patriotismo, civismo y admiración por el recuerdo de un gran hombre, no.
El abandono de los monumentos levantados a los grandes hombres deja mucho que desear. Los monumentos respetados nunca se abandonan. Nunca estan llenos de hojas secas y basura porque tienen celosos guardianes que los cuidan.
Decimos todo esto porque los monumentos, desde que fueron concebidos , tanto en la antiguedad, como en la Edad Media y Moderna, han sido venerados. Muchos de los más antiguos, como por ejemplo de los egipcios, los griegos y los romanos, han llegado hasta nuestros dias. Hoy son verdaderas joyas históricas.
El monumento levantado a la memoria de Orlando, que nosotros creemos debió ser mejor concebido, es portador de un mensaje para el pueblo dominicano. Enseña a las genraciones presentes y futuras el fruto macabro de los regímenes de fuerza, como el de los 12 años de Balaguer, y la valentía y entereza de un hombre dispuesto a ir hasta el fin en la praxis social de sus principios. Orlando estaba hecho del material con el que se hacen los héroes. Por eso con insólito valor se enfrentó a un regimen sanguinario y corrupto sin inmutarse.
Pero bien. Ahora solo queremos llamar la atención de quienes aprecian su legado para que no le paguen con abandono y olvido si su memoria es valorada sincertamente.
Hace dos meses así de sucio y abandonado estaba el monumento erigido donde cayó abatido el periodista Orlando Martinez |
En fin, le fecha no pasó desapercibida. El monumento levantado en el lugar donde fue asesinado estaba impecable y allí se realizaron varios actos y se pronunciaron algunos discursos.
Sin embargo, dos meses antes del día de ayer, ese monumento estaba lleno de basura y ramas secas. En otras palabras, se encontraba abandonado.
Así no se trata la memoria de un héroe y un mártir, Con descuido no. Con un acto anual, protocolar, no. Con un evento al año para exhibir aires de patriotismo, civismo y admiración por el recuerdo de un gran hombre, no.
El abandono de los monumentos levantados a los grandes hombres deja mucho que desear. Los monumentos respetados nunca se abandonan. Nunca estan llenos de hojas secas y basura porque tienen celosos guardianes que los cuidan.
Decimos todo esto porque los monumentos, desde que fueron concebidos , tanto en la antiguedad, como en la Edad Media y Moderna, han sido venerados. Muchos de los más antiguos, como por ejemplo de los egipcios, los griegos y los romanos, han llegado hasta nuestros dias. Hoy son verdaderas joyas históricas.
El monumento levantado a la memoria de Orlando, que nosotros creemos debió ser mejor concebido, es portador de un mensaje para el pueblo dominicano. Enseña a las genraciones presentes y futuras el fruto macabro de los regímenes de fuerza, como el de los 12 años de Balaguer, y la valentía y entereza de un hombre dispuesto a ir hasta el fin en la praxis social de sus principios. Orlando estaba hecho del material con el que se hacen los héroes. Por eso con insólito valor se enfrentó a un regimen sanguinario y corrupto sin inmutarse.
Pero bien. Ahora solo queremos llamar la atención de quienes aprecian su legado para que no le paguen con abandono y olvido si su memoria es valorada sincertamente.