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Las mujeres tienen que ver muy bien con quien se meten...tal vez estén con un potencial asesino


Las mujeres deben ver muy bien con quien se meten. A veces es muy chulo conocer a un tipo y dejarse llevar por los sentimientos. Hay mujeres (como hombres) que cuando conocen una persona que le gusta rompen hasta con sus padres y sus hermanos  (y hasta con sus hijos, tienen) con tal de darle rienda sueltas a sus pasiones. Esa ligereza ha llevado mucha gente al fracaso, a la tumba y hasta a tragedias múltiples, involucrando terceras personas que no debieron sufrir por su falta personal.

Naturalmente, hay amores bonitos, por los que vale la pena luchar. Y la mujer que encuentre un buen hombre debe preservarlo, querrerlo y apoyarlo. Hay hombres muy buenos, que valen la pena.

Todo esto viene a colación por el terrible suceso ocurrido hace poco en nuestro país.
EL caso de las cuatro valiosas damas dominicanas asesinadas ayer en Santo Domingo Este mantiene perturbada la familia dominicana. Es difícil explicar cómo un hombre puede llenarse de tanta ira en un momento dado que lo lleve a cometer una acción tan salvaje como matar su ex pareja, a su propia hija, la madre su ex mujer y una vecina.

Por eso decimos que las mujeres tienen que ver muy bien con quien se meten.  Encontrarse con un sujeto que se descontrole puede ser un hecho aislado. No todo el mundo tiene inclinaciones al asesinato. Encontrar es como jugar un número. Es muy difícl que salga; pero ¿quién quiere sacarse ese premio en la lotería de la vida? Una relñación amorosa es casi una lotería. Uno nos abe nunca qué va a pasar.
Roberta Angomás Cepeda vivió un romance muy fuerte con Santos Delgado del Carmen. Tan intensa fue esa relación que la llevaron a su máximo nivel y tuvieran una hija. Yinauri del Cármen.
Cuando Roberta lo conoció era un hombre muy galante. No sabía que se estaba ligando con su futuro asesino, quien de paso también mataría a su madre.

Muy doloroso. La madre defendiendo a su hija encontró la muerte. Una pobre madre. Eso llora ante los ojos de Dios. Pero su propia hija, defendiendo a su madre, también la exterminó. Y la infeliz vecina, Ana Luisa Ventura, que en un gesto  de solidaridad también intervino, terminó igualmente malograda. El verdugo, el valiente, el pachá..les cayó a tiros y luego las acuchilló....las mató a todas de la forma más vil y cobarde que pueda uno imaginarse ¡que gran hazaña la de ese imbécil!

Creemos que es la primera vez que ocurre un caso como ese en nuestro país, desde 1492, cuando Colón llegó a estas tierras. No hay palabras para calificar tal acto de barbarie. No hay forma de entender el dolor tan inmenso que este infeliz le ha causado a tanta gente en este país, especialmente a los familiares de las damas asesinadas.

La muerte sería poco para ese sujeto, mal nacido.

Ante la impotencia solo decimos: las muejeres tienen que ver muy bien con quien se meten. Deben pensar en el presente, pero también en el futuro. El macho dominicano está desbordado. Ha perdido las perspectivas. Y las tontas que se enamoran de cualquier patán pueden terminar muy mal en el futuro.




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