De ese modo Miguel se queda definitivamente como líder único del partido del jacho prendío. Del otro lado están Hipólito Mejia y Luis Abinader, como lideres del Partido Revolucionario Moderno, antiguo mayoritario, quienes se disputarán en los dias por venir la candidatura presidencial por esa nueva organización política.
Desde ya los antiguos perredeistas, hoy modernistas, han comenzado a lanzar los más diversos improperios contra Vargas, el principal de los cuales es calificarlo de "traidor", al tiempo que afirman que este no gana unas elecciones en este país porque no tiene gente para lograr ese objetivo. Pudiera ser, sin embargo,que en el fragor de la campaña muchos antiguos perredeístas retornen a su partido movidos por la nostalgia, pues no es lo mismo militar en el PRM, un partido sin historia, que en el PRD, una organización política respoinsable de las principales jornadas patriótica de la República Dominicana; pero todo eso está por verse.
Miguel, sin embargo, sigue firme como el primer día, encabezando su proyecto político contra viento y marea. Ahora dueño y señor del PRD sin el lastre que significaban para él las figuras de Hipólito Mejía, Luis Abinader, y otros, como Enmanuel Esquea Guerrero.
En el caso de Guido Gomez, su principal contendor del momento, ha logrado dejarlo fuera de combate ya que cuenta con los principales organismos institucionales del partido. Guido no podrá hacer nada importante contra el liderazgo arrollador que tiene Miguel en las estructuras partidarias.
Miguel quería ser el candidato a la presidencia de la República por el PRD y ya lo es. Quería ser dueño del PRD, y ya lo es. En el PRD primó el personalismo, antes que el interés general del partido, y eso los llevó a una división que le costará una sexta derrota en el 2016. En medio de toda la polémica que rodea la candidatura de Miguel, las encuestas no lo favorecen, la opinión pública lo ubica como un seguro perdedor, de modo que la suya es una candidatura que ha nacido muerta.