La Ciudad de Nueva York recordó este viernes cómo hace 20 años, el segundo accidente aéreo más mortífero del país cobró la vida de 265 personas, 90% de ellas de origen dominicano, justo dos meses después que la Gran Manzana todavía estaba tratando de recuperarse de los sangrientos ataques a las Torres Gemelas.
“Ha pasado todo este tiempo y todavía no lo podemos creer. Esa tragedia todavía nos duele”, dijo el alcalde Bill de Blasio en la ceremonia que se celebró en el monumento conmemorativo elevado en Belle Harbor en Queens, justamente en el sitio donde se desplomó el vuelo 587 de American Airlines el pasado 12 de noviembre de 2001.
“Recordamos que incluso en medio del dolor, el ánimo de los vecinos que vinieron en ese momento para tratar de ayudar. Fueron los primeros en responder, las personas del vecindario que intentaron ayudar, a partir de ese preciso momento”, agregó.
La ceremonia de este año estuvo marcada por mucha lluvia y una fuerte brisa, pero aún así, eso no desmotivó a centenares de familias de las víctimas a acercarse a un sitio que hace dos décadas se convirtió en una de las escenas más cruentas que ha vivido la ciudad.
Tal es el caso de la quisqueyana Belkys Lora, quien hoy está frente del Comité en Memoria del Vuelo 587 y perdió a su hermano Roberto, de 44 años, cuando volaba ese día a Santo Domingo luego de haber disfrutado con su familia una temporada en Nueva York.
“Todavía hoy es un día muy doloroso, escuchar los nombres de todas estas víctimas y traerle flores es un ritual que mientras vivamos lo haremos con amor”, explicó emocionada Belkys a medios locales.
¡Fue espantoso!
En esta ocasión el padre Eric Cruz de la parroquia católica St. John Chrysostom de El Bronx ofreció una oración por los fallecidos: “Su ausencia nos duele, pero el Señor garantiza nuestra esperanza”.
A la ceremonia también acudió a acompañar a su madre el joven Victor Feliz, de 28 años, quien perdió a su tío en el accidente, cuando apenas era un niño.
“Yo era muy pequeño. Pero todavía recuerdo como si fuese ayer cuando en la casa nos enteramos que un avión que iba para la isla se había caído. Como salen todos los días varios vuelos, se tenía la esperanza que mi tío no haya tomado exactamente ese. ¡Fue espantoso! Mi familia aun no lo supera”, relata el estudiante universitario que reside en Inwood.
El accidente, el cual devastó a la comunidad dominicana de Nueva York, se dio dos minutos después de que el Airbus A300-600 despegara del Aeropuerto Internacional John F. Kennedy a las 9:15 a.m, con destino al Aeropuerto Internacional Las Américas en la República Dominicana.
La mortal tragedia trajo consigo revisiones a los programas de formación de pilotos, además la empresa Airbus realizó mejoras en el diseño de sus aviones, en un esfuerzo por hacer que los viajes aéreos fueran más seguros.
Investigaciones federales arrojaron que la falla aérea fue causada por la “sensibilidad” de unas de las piezas de la aeronave denominada como “timón direccional”.