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El presidente de Haití, Jovenel Moïse, asesinado a tiros en su domicilio


El presidente de Haití, Jovenel Moïse, ha sido asesinado este miércoles por hombres armados que ingresaron por asalto a su residencia durante la madrugada de este miércoles en el barrio de Pelerin de Puerto Príncipe, según ha informado el primer ministro, Claude Joseph. En el ataque resultó herida de bala la primera dama, Martine Moïse, que ha sido hospitalizada, según un comunicado firmado por Joseph. El dirigente pidió calma a la población y aseguró que tanto la policía como el ejército se están encargando de mantener el orden.





Hijo de un comerciante y una costurera, Jovenel Moïse concedió el pasado febrero una entrevista a este diario, en un país en el que la tensión iba en aumento semana tras semana. A la crisis política se le suma un año de espanto debido a la pandemia de coronavirus, los huracanes y la ola de violencia y secuestros que han llevado el hartazgo a una población que cuenta en su poder con más armas que nunca, tal y como señalaron los expertos a EL PAÍS.





El origen político del conflicto en Haití, país caribeño de 11,2 millones de habitantes, está en las convulsas elecciones de 2015. Michel Martelly finalizó su gestión, pero los caóticos comicios convocados obligaron a nombrar un presidente interino de otro partido, hasta que la autoridad electoral reconoció la victoria de Moïse un año después. Para la oposición, su Gobierno comenzó el día que Martelly dejó el poder y le acusa de “dictador” por gobernar por decreto desde hace un año.





“Mi mandato empezó el 7 de febrero del 2017 y termina el 7 de febrero del 2022. Entregaré el poder a su propietario que es el pueblo de Haití. Los oligarcas corruptos acostumbrados a controlar a los presidentes, a los ministros, al Parlamento y al poder judicial piensan que pueden tomar la presidencia, pero solo hay una camino: elecciones. Y yo no participaré en esas elecciones”, declaró Moïse, que tenía 53 años, en esa misma entrevista. A principios de año se produjeron protestas en la capital y otras ciudades. Los manifestantes pedían su dimisión.





Moïse solicitó recientemente apoyo internacional para acabar con la grave crisis de seguridad que atravesaba el país. Así, más de 150 personas fueron asesinadas y otras 200 secuestradas entre el 1 y el 30 de junio pasado en la zona metropolitana de Puerto Príncipe, según reveló este martes un informe del Centro de Análisis e Investigación en Derechos Humanos (CARDH). “El país está asediado por bandas armadas que siembran el terror, asesinatos, secuestros, violaciones (...) Puerto Príncipe está sitiado en el sur, el norte y el este. Asistimos a una sociedad cada vez más pasiva mientras el país está asediado”, lamentó la organización en un documento.





Al menos seis extranjeros han sido secuestrados, lo que eleva el total a 20 en el primer semestre de 2021. Tres departamentos están aislados del resto del país, según este informe, que habla de “la hegemonía del crimen en Haití”. Del 1 de enero al 21 de junio, 30 policías fueron asesinados frente a los 26 de 2020, según la ONG, que sostiene que algunos fueron torturados.





Tras el crimen, el aeropuerto internacional de Puerto Príncipe ha sido cerrado, según informaron fuentes diplomáticas. Varios vuelos programados con destino al aeropuerto de la capital haitiana han sido cancelados o desviados a otras terminales en terceros países, según informaciones de páginas de rastreo de vuelos, aunque ninguna autoridad ha confirmado por el momento el cierre del aeropuerto. Dos aerolíneas que tienen rutas diarias a la capital haitiana cancelaron sus vuelos previstos para este miércoles.





Un país convulso





El mandatario asesinado cursó estudios de Ciencias de la Educación en la Universidad de Quisqueya y emprendió diversos proyectos empresariales antes de lanzar el 15 de septiembre de 2015 su candidatura para las presidenciales por el oficialista Partido Haitiano Tet Kale (PHTK). Aunque ganó la primera vuelta con un 32,76% frente al candidato Jude Celestin, de la Liga Alternativa por el Progreso y Emancipación Haitiana (LAPEH), se produjeron denuncias de fraude y este último se negó a participar en la segunda vuelta en enero de 2016.





Se abrió entonces un periodo incierto en el que el país se quedó sin presidente al expirar el mandato de Michel Martelly el 7 de febrero de 2016. Además, meses después se invalidaron los resultados electorales y se convocaron de nuevo las urnas para el 9 de octubre, a las que concurrió Moïse por el PHTK. El paso del huracán Matthew días antes de los comicios, con más de 800 muertos, obligó a su aplazamiento.





Moïse consiguió finalmente la elección presidencial en la primera vuelta en noviembre de 2016, con el 55,60% de los votos. Dos semanas antes de su toma de posesión, el 7 de febrero de 2017, prestó declaración ante un juez por las sospechas de lavado de dinero, por una investigación iniciada en 2013, acusaciones que rechazó.





Como presidente, nombró primer ministro al médico Jack Guy Lafontant, sin experiencia política, pero este dimitió en julio de 2018 por violentas protestas desatadas por el anuncio de un alza en el precio del combustible.





El nombramiento de un nuevo primer ministro no aplacó las protestas sociales, a las que se sumaron sospechas de corrupción en torno a Petrocaribe. En mayo de 2019, la Corte Superior de Cuentas envió al Parlamento un informe sobre el destino de los fondos de la empresa y apuntó que firmas de Moïse y de su predecesor Martelly habían sido beneficiadas con proyectos millonarios que no se habían ejecutado.





Las revelaciones desembocaron en más protestas, esta vez en demanda de la dimisión del presidente, en unos momentos de crisis por la corrupción, la escasez de combustible, el hambre y la inseguridad. A ello se unió la confrontación con la oposición por la fecha de caducidad del mandato de Moïse.





Para este año están previstas elecciones legislativas, así como la convocatoria de presidenciales, en las que el asesinado no podía ser candidato. Moïse pidió en junio el apoyo internacional y la colaboración de todos los sectores de la sociedad para acabar con la violencia de las bandas armadas que se ha recrudecido. El 5 de julio, aún nombró a Ariel Henry como nuevo primer ministro con la tarea de formar un Gobierno de consenso que integre a diferentes sectores de la vida política del país.

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