PUBLICIDAD DISPONIBLE

Aquino le entra a palos a MLB tras esperar nueve años en las menores

Resultado de imagen para Arístides Aquino
Fernando Tatis III, Vladimir Guerrero Jr., y Juan Soto auguran que la clase de firmados en 2015 sea una de las mejores zafras llevadas a cabo en el país por las Grandes Ligas desde que estrenara la finca con el fichaje de Amor Díaz para los Gigantes de Nueva York en 1955.
Sin embargo, Arístides Aquino trae a la mesa por estos días con sus frecuentes palos kilométricos que tan reciente como en esta década se reclutó en suelo dominicano el grupo con la mayor tasa que ha alcanzado el Big Show.
En 2011, las 30 franquicias de las Grandes Ligas autorizaron US$46,411,900 para el fichaje de 394 prospectos criollo, la segunda menor cantidad de los últimos 20 años, pero con un retorno elevado.
De ese grupo ya 33 han probado el café que se sirve en los 30 parques de la prestigiosa liga, lo que representa que un 8.3% de esos reclutados lograron el objetivo primario.
Entre esos fichados por primera vez al profesional en ese 2011 se encuentran Luis Severino y Miguel Andújar (Yanquis), Nomar Mazara y Ronald Guzmán (Rangers), Luis Castillo (Gigantes), Adalberto Mondesí (Reales), Manuel Margot (Medias Rojas), Teoscar Hernández (Astros), Franmil Reyes y Franchy Cordero (Padres), Amed Rosario (Mets) y Seranthony Domínguez (Filis).
De ese grupo, 24 han jugado esta estación en Las Mayores (el 72%) y solo dos (Miguel Gómez y Jairo Labourt) no tienen contrato en el llamado béisbol organizado. El resto (9) regresó a las ligas menores.
Para encontrar un año que se le acerque hay que irse a 2009, cuando se reclutaron 421 y han alcanzado el máximo nivel 27, para un 6.4%. En 2007 ingresaron 509 a la industria, de los cuales 28 llegaron a la MLB, un 5.5%.
El trayecto de Aquino
Con 13 años, el entrenador Amaury Nina identificó el talento en una visita a Sabana Perdida. Un niño delgado que requirió de mucho trabajo para tomar peso y a la hora de firmar los equipos no pusieron mucha atención puesto que Nina tenía en su programa al cotizado Elier Hernández, que recibió US$3 millones de los Reales.
Al final pudo firmar por US$125,000, a la edad de 17 años, y su desarrollo fue lento (jugó cuatro campañas de novatos), pero su poder comenzó a demostrarlo en 2014 cuando pegó 14 jonrones, en 2016 sacudió 23 y en 2018 terminó con 20.
Aquino hizo un aterrizaje de emergencia en la Gran Carpa hace casi un año (19 de agosto de 2018), entró como corredor sustituto en la sexta entrada y luego tomó un turno en el séptimo donde fue ponchado con cinco lanzamientos (tras cuenta en 2-2) por Ray Black, de los Gigantes.
En la temporada muerta adoptó ese ortodoxo estilo de batear, uno al que se ha ajustado bien.
Esa misma noche, los Rojos lo enviaron de vuelta a los Pensacola Blue Wahoos, en la Liga del Sur (AA), donde terminó el año.
Era cuestión de tiempo y de que apareciera la brecha para ser llamado y en el ínterin otoño-invernal tuvo breve acción en tres temporadas con el Escogido y una con el Licey.
Este 2019, ya con 25 años y tras jugar nueve temporadas de ligas menores sin alcanzar AAA, coleccionaba 28 bambinazos en la categoría antesala a la MLB cuando Cincinnati lo llamó, una vez cambió a Yasiel Puig.
Esta vez, Aquino ha aterrizado en la Gran Carpa y ha dejado claro que no quiere volver a la zona de desarrollo, como lo demuestra las nueve pelotas que envió fuera del parque en sus primeros 14 partidos (único que lo ha hecho).

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente