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La falta de recursos separó a una madre de sus hijos

La Victoria, Santo Domingo Norte.-El deseo de toda mujer con hijos es poder vivir con ellos y verlos crecer. Las circunstancias de la vida no le permitieron a Alexandra Rudecindo, de 36 años, tener ese privilegio. Tiene cinco hijos y solo puede vivir con los dos más pequeños, que son especiales, por la falta de dinero para mantenerlos y de una casa para acogerlos.
Lo que más le duele a Alexandra es que sus tres hijos mayores, de 18, 17 y 14 años, se han hecho adolescentes queriendo estar con ella, pero por su situación no han podido regresar.
“Es una situación muy fuerte, porque imagínate, el deseo de toda madre es poder tener a todos sus hijos juntos, pero por mi situación no se ha podido. No tengo una casa para poder tenerlos ni la posibilidad para mantenerlos, porque no tengo dinero”, expresa entre llantos.
Se siente mal, y su situación empeora cuando sus hijos le dicen, ya estando grandes, que quieren estar con ella.
“Es una situación muy fuerte, y más cuando hay una niña de 17 años, que tiene sus cambios y yo no puede aconsejarla ni cuidarla. Los dos más viejos viven con su papá y el de 14 con mi madre”, dice cabizbaja.
Expresa que habla con sus hijos, y que siempre trata de tener una comunicación constante con ellos para no perder la costumbre.
“Todos se tuvieron que ir pequeños, por eso mismo, porque yo no tenía recursos para poder tenerlos”, precisa.
Expresa que cuando los mayores estaban pequeños, ella tenía que irse a trabajar y se veía obligada a dejarlos solos, y los vecinos a veces los vigilaban.
Sus recursos no le daban, porque tenía que pagar casa y no los podía atender ni sostener de la manera correcta, indica.
El padre de sus hijos más pequeños la ayuda en lo que puede, porque no está trabajando. La familia de su expareja la ayuda a pagar la residencia en la que vive, ubicada en el barrio San Pablo, La Victoria, Santo Domingo Norte, pero en los próximos días tendrá que abandonarla, porque la dueña la quiere.
No sabe para dónde irá, pues no cuenta con dinero para alquilar otra vivienda, lo que la hace sentirse desamparada junto a sus dos hijos.
“El padre de mis hijos habló con la dueña para que me dieran un chance, pero ella está negada”, dijo.
En la actualidad consigue dinero haciendo trabajos de belleza, como pedicuras, manicures y oficios afines, pero no es una entrada constante.
Su situación empeoró hace tres años, cuando se separó del padre de sus últimos dos hijos.
“A partir de ese momento mi vida comenzó a cambiar. Me he mudado en este sector un sinnúmero de veces, por no tener dinero para alquilar o tener una casa, y lo algunas personas hacen es que me prestan la casa durante un tiempo”, dijo.
Expresó que a veces vive de la caridad, cuando su expareja no puede ayudarla ni consigue dinero en el trabajo informal que realiza.
“A veces las personas por aquí me dan RD$100 para poder comprar lo necesario, o me ayudan con la comida para los muchachos, y de la que ellos cocinan sacan un poco y me la dan”, revela.
Lo que Alexandra pide es tener su propia casa, pero lo que más necesita es ayuda para sus dos hijos más pequeños, quienes son especiales.
Ambos tienen retrasos para el aprendizaje, lo que hace que tengan problemas para retener las informaciones.
“Ellos no tienen ese desenvolvimiento igual que los demás, y después que yo los tuve no he tenido vida, porque me tengo que dedicar a cuidarlos siempre”, explica.
Tiene que estar pendiente siempre a ellos, porque a veces le dan golpes y ellos no saben defenderse.
“Para yo dejarlos con alguien tiene que ser con su abuela o con una amiga de confianza que saben sobrellevarlos. Ellos son muy inquietos, y si salgo tengo que venir corriendo”, manifiesta.
Expresa que la hembra, además, tiene un problema en un brazo, que no puede mover bien. La llevó varias veces a rehabilitación, pero no ha continuado con esas visitas por falta de recursos. Cada viaje eran RD$500 a parte del pasaje, y ella no cuenta con ese dinero.
“Ahora que ella está creciendo, ha tenido mayores problemas con el brazo. No se puede quitar las blusas, porque no lo puede levantar”, indica.
Expresa que le mandaron a hacer una resonancia magnética y otro estudio, y no ha podido hacerlo  por falta de dinero.
“No sé exactamente cuál es el problema que ella tiene, tendría que llevarla al médico para que me den un diagnóstico y que me puedan ayudar con ese dinero para su problema”, dice.
Alexandra quiere un trabajo para poder ir sobrellevando la situación, “porque si no hay dinero, no se puede hacer nada”.
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