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POR EL DESARROLLO DE LA SUB-REGIÓN DE EL VALLE/ Roberto Rosado

Por: Roberto Rosado
educador

La única esperanza para conseguir una mirada introspectiva del Estado hacia los pueblos, es que se unan como un solo hombre sus habitantes e instituciones y elaboren proyectos, a corto y mediano plazo que ayuden y contribuyan a su desarrollo para lograr su bienestar.

Es característico de la Región Norte hacer proyectos consensuados que luego someten a las cámaras legislativas para su aprobación y, otros que depositan en el Despacho del Presidente en busca de voluntad y recursos para su ejecución en beneficio de su Región.

Aprovechan sus funcionarios, los elegidos en los procesos electorales y los seleccionados por el presidente de turno para OCUPAR PUESTOS en la administración pública para que establezcan compromisos para el DESARROLLO de su Región. Buscan a toda costa esos compromisos independientemente de la fuerza política a la que pertenezca. Lo que cuenta es la Región. Allí nacieron y se desarrollaron todos.

Un importante ejemplo es el de las instituciones de la Provincia de Barahona. Empresarios, instituciones del Estado, sociedad civil y otras entidades se han unido alrededor de la necesidad de la construcción de la Presa de Monte Grande. Este es un proyecto que aprovecharía las aguas del Yaque del Sur y sus afluentes para el desarrollo de la Sub-región de Enriquillo, al tiempo que disminuiría los daños que provocan las inundaciones del Yaque en cada temporada ciclónica.

Los Sanjuaneros tenemos en el presente, la GRAN OPORTUNIDAD de aprovechar la presencia en la administración del Estado de importantes hombres y mujeres de esta Región, principalmente de San Juan, para impulsar proyectos que ayuden a su desarrollo. Eso es urgente.

Las oportunidades de cambio y de dar un salto al desarrollo de San Juan, están ahora, pues tenemos la representación del gobierno y una cantidad de funcionarios en el “Tren del Estado” que con un poco de voluntad, unida a los sectores sociales, empresariales, culturales y de servicios de la Región, se estaría logrando el desarrollo anhelado por la mayoría de los habitantes de nuestro olvidado Sur.
Tenemos el segundo valle en importancia del país, productor de frijoles, cereales, frutos menores y gran cantidad de tierra dedicada, además de la producción agrícola, a la crianza de ganado de gran variedad. Además una gran zona para el ecoturismo de montaña no explotado aún. Esto nos coloca entre los pueblos de principalía en materia de producción agrícola y ganadera y de desarrollo del Turismo Ecológico.
Tenemos la cordillera central, rica en probabilidades de generar riquezas pero sin asistencia de los órganos del estado, depredada y con la amenaza actual de ser destruida si la población y sus organizaciones permiten que el gobierno otorgue el permiso de explotación de la mina de oro de Los Romero- Hondo Valle en la zona Norte de San Juan de la Maguana.
En esta se puede desarrollar un gran proyecto de cafeto y frutales, con su respectiva infraestructura y garantía de comercialización que daría a los sanjuaneros la gran oportunidad de insertarse en un nuevo proceso de desarrollo que, al mismo tiempo, recobre la condición de puntal del desarrollo regional y local perdido por la falta de asistencia gubernamental.

La gran preocupación de los agricultores y ganaderos es la poca atención que han puesto los gobiernos a la comercialización de su producción. Año tras año los productores tienen que acudir a la protesta para que el estado le pague a tiempo su producción. Cuando lo logran, a través de su lucha, ya los intereses en el sistema bancario de los financiamientos otorgados, se ha tragado sus ganancias creando desanimo en muchos de ellos provocando, a su vez, el abandono de sus predios y el éxodo a otros lugares en busca de nuevas opciones de vida.

Hagamos pues, una Cruzada para aprovechar este mandato presidencial para, unidos, Estado, Sociedad Civil, Empresarios, Organizaciones Culturales y de Servicios lograr sacar a San Juan y al resto de la Sub-región de El Valle de la pobreza extrema que la ausencia de inversión para su desarrollo, lo ha sumido.

De hacerse esta parte se estarían inscribiendo en el libro de los recuerdos para que las futuras generaciones puedan, a su vez, contar a las subsiguientes lo positivo y oportuno de esta acción.

Abrigo la esperanza de que se pueda lograr.

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