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San Juan, en el siglo de las Chapiadoras. (Artículo Opinión).

Siempre ha existido la prostitución. Se le llamaba prostituta de cortina a la mujer de una clase social baja, media y media alta que se dedicaba al oficio más antiguo del mundo. Esta mujer tenía sus clientes, generalmente hombres adinerados que le pagaban por sus servicios sexuales. Era una mujer ambiciosa que quería vivir bien y sin mucho esfuerzo.


Todo con mucha discreción y con una doble moral, una gran señora o señorita de día y de noche la prostituta que se ofrece por dinero. En la actualidad todavía existe la prostituta de cortina y existen las prostitutas del chapeo, nombre que viene del oficio de chapear la yerba o cortarla.
Es la mujer que ofrece sexo por dinero. Pertenecen a diferentes estratos sociales, está la de clase baja, media alta y existe incluso de la clase alta. Este oficio de chapear ó ¨Chapiar¨ en buen dominicano es realizado con descaro, por las más jovencitas, con rasgos de Psicopatía, sin remordimientos y existen muchas que se sienten orgullosas de ejercerlo!

 La Chapiadora de poca edad es una mujer de la gran mayoría, que no quiere estudiar ni trabajar, solo dedicarse a esta forma de vida que la conducirá por el camino del desamor, el descrédito, enfermedad, baja autoestima e infelicidad, en fin una vida mentirosa para ella misma, ya que dejo de sentir como un ser humano.

Tal vez serán nuevos tiempos con modificaciones observables o una época en la que muchas mujeres ofertan su cuerpo como mercancía de lujo, al mejor licitador.

 Recuerdo que hace tiempo criticaban a las prostitutas de la Duarte y estas vendían su cuerpo por necesidad, entiéndase para cubrir sus gastos personales y el del hogar, pero ahora muchas mujeres, lo quieren todo rápido, dinero fácil (Cash Money), carro de lujo, jeepeta, lipoescultura, carrera universitaria, resorts cinco estrellas, negocios para no aparentar vagas sacando provecho de la oportunidad de rapiña y viajes de placeres por el mundo.

Estas mujeres en su totalidad, no quieren lavar ni cocinar, cuidar al hombre, mucho menos asumir compromisos serios. La Chapiadora se siente bendecida por Dios (ironía), burlándose de lo espiritual, y los hombres se dejan chapear por la belleza efímera que trae consigo la juventud y en el otro extremo el sexo con amaño.

 Ya los valores se quedaron escondidos en el baúl de los recuerdos, esta nueva camada de mujeres aprovechadoras fingen afectos y gemidos en la intimidad, y hacen del mejor papel de cine una actriz de Hollywood. Esa acción ha llevado a que muchas de estas féminas su autoestima esté por el suelo y tengan que recogerla por pedacitos. ¨En el siglo de las Chapiadoras¨ como reza el título de este escrito, hay padres que cometiendo conscientemente la desfachatez, diría que se hacen los locos y no preguntan dónde consiguió su hija adolescente ese teléfono caro, la pasola de miles de pesos y hasta aquellas prendas y ropas de prestigiosas marcas que ella no la puede comprar por la situación económica y el progenitor se silencia la conciencia. Estas damas del placer ilusorio no quieren esfuerzo de ganarse las cosas con su trabajo, voluntad, preparación educativa y la frente en alto.

Ya son expertas! Estas amas de lo casi regalado, saben durar aproximadamente 30 minutos al conocer un hombre por primera vez y pierden el pudor, pero con gran descaro en su mente llena de quimeras por producto de la exigüidad y el deseo de obtener lo fácil más rápido que de carrera, tienen ese arte y facilidad de narrar sus problemas financieros sin escrúpulos, pero todo con la intención de ir haciendo o preparando un terrero en el cual ellas van a cosechar más adelante, es decir, acondicionado la situación de su supuesto idilio.

En análisis realizados en varios casos de chapeo de algunos relacionados a quienes suscriben esta nota, nos cuentan lo sucedido, y al estudiarlo, vemos que hay algunos factores donde esos hombres se dejan envolver en este juego sucio de oferta y demanda a lo moderno. Razones enfocan que dichos varones caen en estas redes de placeres al mejor postor, pero sin el real amor, debido a que esos machos han vivido situaciones inverosímiles, tratos dispares con sus antiguas parejas, problemas de conducta y comportamiento y enfrascados en ese boomerang se encierran en una diatriba que no le da otra salida que ir a buscar lo que ellos consideran ilusamente que es de su agrado por la asiduidad que enfoca la chica o dama que tiene el cuchillo en la boca o la granada en el bolsillo para empezar su emboscada de placeres a cambio de cosas metálicas o materiales, hay ocasiones que estas hembras convencen al alelado enamorado y logran que le complazcan hasta manteniéndole  la familia, o sea, estos son capaces de entregar un diario, pagar cuentas de préstamos y hasta comprar electrodomésticos en ese otro hogar que no le pertenece.

Por eso el tiempo cambió trayendo consigo un poco del pasado y mutándolo con estas jóvenes preciosas del presente, conjugándose en la acción del placer por las dadivas.

En el siglo de las Chapiadoras donde la poesía, el amor verdadero, las flores y el pudor están en extinción, rodando en el mar abierto del crucero de un amor.

 En el siglo de las Chapiadoras, las jovencitas deben de entender que la belleza se marchita y solo queda lo bueno que se hizo en la vida, que el trabajo y el estudio dignifican y el chapeo te hunde en el fango del descrédito, lo inmoral y el irrespeto a tu cuerpo.

Padres!, ofrezcan ejemplos, no negocien las virtudes de los suyos, eduquen en valores y con amor.
Solo queda respirar y tener la esperanza de que vendrán otros aires menos contaminantes, en este siglo de las Chapiadoras!

CONTINUARA…

Autores: Jacqueline Benzan Valenzuela. Psicóloga y Maestra.
                  Lic. Héctor Solís / Locutor-Periodista-profesor.

1 Comentarios

  1. Me agrada tu articulo, es muy oportuno, mas en este momento en que los anti valores arropan principalmente a la juventud y los padres, en su gran mayoría han abandonado su rol. Te felicito. Esperare el siguiente.
    Roberto Rosado Fernandez

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